Comienza la linda tarea de cultivar Sandía, Melones, Pimentones, Berenjenas, Porotitos Verdes, entre otros. Pero el más importante para mí son los tan esperados Tomates!
Tomates cultivados de manera orgánica, donde el color y sabor nos harán recordar cuando éramos niños y comíamos ensaladas y comida de verdad.
Cuando comencé a trabajar en huertas no comprendía esto de tener un calendario donde el tomate sólo aparecía de octubre a marzo (hemisferio sur), pero, ¿cómo? Si en el supermercado esta todo el año!!!
Al trabajar en huertas todo cobró sentido. Los tomates que encontramos en los supermercados, son tomates forzados. ¿Qué quiere decir esto? Son producciones de tomates que han sido alteradas con químicos para volverse más resistentes ante plagas y para que crezcan aún no teniendo las condiciones naturales para que así sea. ¿Cuál es el resultado? Tomates sin color y por supuesto sin sabor, sin mencionar la parte “invisible” del tema, ningún aporte nutricional.
Por todo esto, decidí comenzar a alimentarme de las hortalizas que corresponden a cada estación del año. En este caso, como tomates sólo cuando la naturaleza me los entrega de forma natural y en el momento en que corresponde (verano).
El tomate es una “fruta” cultivada en la huerta que comienza su ciclo sembrándose cómo almácigo. Una vez que la plantita ya tiene aproximadamente 10 cm o 3 a 4 hojitas ya puedes trasplantarla a tu huerta directamente o a un macetero grande. Aquí se requiere muchísimo sol, por lo que es fundamental si quieres que el proceso funcione de manera correcta ponerla en un lugar donde tenga mínimo entre 6 a 8 horas de luz solar.
El tomate requiere de varios cuidados, entre ellos ir dándole guías y soportes. Cuando ya sea una planta media debes ponerle idealmente 3 coligües o palitos amarrados arriba. Esto hará una especie de rejita donde debes ir amarrando los tallos del tomate a estos soportes para que estén firmes hacia arriba.
Generalmente cuando nos saltamos este proceso perdemos la producción de tomates, ya que la planta al crecer, debido a la carga de sus frutos, se vuelve pesada y cae y al suceder esto puede o quebrarse la rama o podrirse los frutos al contacto con la tierra cuando se riegue. Por esto es muy necesario que incluyamos tutores resistentes como los que ya vendemos en nuestra web o en nuestra tienda.
Este punto es muy importante. El riego debe ser mínimo una vez por día. El tomate responde rápidamente cuando se le riega, por lo que si hay carencia de ésta inmediatamente las hojitas se volverán lacias y comenzarán a secarse.