A pesar de estar en pandemia y ver cómo la naturaleza nos obligó a detenernos, nuestra forma de actuar sigue siendo la misma. Lamentablemente no hemos aprendido los últimos 100 años a tener una visión conjunta sobre el cuidado del medio ambiente y del hábitat que nos cobija día a día. La naturaleza nos pide a gritos que paremos, que dejemos de hacer lo mismo, que nos enfoquemos en regenerar ya que el punto de no retorno está demasiado cerca. Somos parte de un ecosistema hermoso que por miles de años ha evolucionado sin problemas de este tipo. Por tanto, en la gran línea de tiempo de la existencia de nuestro planeta, si lo llevamos a que nuestra Tierra tiene solo 1 año, en 0,7 segundos hemos sido capaces de destruir gran parte de toda la evolución de la naturaleza en nuestro hermoso punto azul del Sistema Solar.
Hace unos pocos días se estrenó en Netflix «Don’t Look Up«, una película que de forma satírica nos muestra cómo la humanidad no reacciona ante la llegada inminente de un cometa que destruirá el planeta Tierra. Claramente es un guiño a lo que en realidad está sucediendo con el cambio climático. Desde hace décadas los científicos nos han mostrado el colapso mundial si es que sigue incrementándose el nivel de CO2 en la atmósfera, impactado exclusivamente por la forma en que nosotros, los seres humanos, nos hemos comportado en los últimos 100 años. Los niveles de producción en base a combustibles fósiles, el uso que le hemos destinado a nuestro suelo, la economía imperante bajo una economía lineal sin una gestión real de los residuos ni tampoco en el método extractivo de los recursos naturales, entre tantas otras cosas; nos han llevado a un punto en que es urgente «detenernos».
¿Cómo lo hacemos? Dejando de hacer lo mismo. Sabemos que es difícil hacer cambios, pero si no lo hacemos, no hay futuro prometedor… y no estamos hablando de un futuro lejano, sino que es un futuro que está a la «vuelta de la esquina». Veamos datos concretos: el pasado 3 de abril, el observatorio de Mauna Loa en Hawái, marcó un nuevo récord histórico de 421,21 partes por millón (ppm) de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, incrementándose de esta forma – a pesar incluso del supuesto cambio de vida que hemos tenido los seres humanos en los últimos 2 años debido a la pandemia – los niveles tal como lo muestra el siguiente gráfico.
Es importante cuidar nuestros grandes aliados para frenar el incremento de este índice. El suelo, los árboles, las turberas, entre otros actores; son claves para captar las grandes emisiones de estos gases de efecto invernadero (GEI) que están produciendo grandes desastres naturales y que de paso están transformando a este hermoso planeta en algo inhabitable.
¿Cuántos de ustedes están dispuestos a cambiar? ¿Cuántos de ustedes están dispuestos a deja de consumir productos que estén impactando directamente en las emisiones de CO2? Tomemos consciencia de una vez por todas y dejemos que nuestro planeta logre restablecer el equilibrio. Debemos emitir menos CO2 que lo que naturaleza puede absorber, ya que es justamente eso lo que está sucediendo. Dado que los sumideros de carbono naturales eliminan el CO2 de la atmósfera mucho más lentamente que la tasa de estas emisiones, los niveles de CO2 se están acumulando continuamente. La reducción de las emisiones ralentiza la tasa de acumulación, pero no la detiene por completo a menos que la entrada total de CO2 a la atmósfera llegue a cero. Damos por hecho que tendremos oxigeno siempre para poder respirar y es justamente eso lo que está pasando… tal como si las fuentes de emisiones de oxigeno fueran menores que la cantidad de seres vivos que necesitamos de él para existir.
Nosotros hace varios años cambiamos. Comenzamos a cultivar nuestros propios alimentos, dejamos de comer carne, hemos ido transformando nuestro hogar en uno autosuficiente como también hemos ido adaptando nuestras rutinas y labores para disminuir la huella de carbono al mínimo. ¿Qué cambios has hecho tú? Compártenos tu experiencia ya que juntos, entre todos, podremos lograr la regeneración que el planeta necesita.