Uno de los frutos reyes de la temporada de primavera/verano es el Tomate. Ahora está presente en todo el mundo, siendo disfrutado por muchos!! Sin embargo, su expansión solo se hizo cuando los españoles descubrieron América ya que el fruto es originario de ese continente, siendo introducido en el continente europeo junto a la papa, el maíz y el ají, entre otros productos.
¿Y el nombre de donde viene? Pues se toma como origen la palabra «tomatl» que los aztecas usaban para referirse a él: fruta hinchada o fruto con ombligo. De ahí derivó en la palabra tomate… Aunque para ser precisos la palabra original es «xictomatl» y es por ello que en Mexico se llama «jitomate» al tomate rojo y el tomate o tomatillo es aquel de color verde que es usado en guisos y salsas.
El tomate (Solanum lycopersicum) pertenece a la familia de las solanáceas las cuales tienen hojas simples, alternas y sin estípulas, con flores formadas normalmente por 5 sépalos y 5 pétalos soldados en corolas de morfología diversa. Una de sus principales características es su alto contenido en alcaloides propios que son perjudiciales para la salud si estos se encuentran en niveles altos (ojo que el Tabaco es parte de esta familia). ¿Qué otro cultivo pertenece a esta familia? Entre ellas se encuentran la berenjena, el ají, la papa, el pimentón e incluso plantas de flor como la petunia.
Hay más de 20.000 variedades de tomates, lo que lo convierte en uno de los cultivos con mayor diversidad del planeta, teniendo valores nutricionales y beneficios importantes para nuestro organismo como los que se detallan a continuación:
- Previene enfermedades cardiovasculares ya que contiene hierro, un mineral muy saludable para el buen estado de la sangre, así como vitamina K que ayuda a controlar la coagulación.
- Contiene altos niveles de antioxidante lo que ayuda a cuidar nuestra piel, dientes y pelo.
- Su alto contenido en fibra, ayuda a controlar el estreñimiento cuidando el tránsito intestinal.
- Mejora nuestra visión por su alto contenido en vitamina A.
- El tomate contiene pocas calorías. 100 gramos proporcionan solo 18 calorías, ya que la mayor parte de su peso (un 95%) corresponde a agua.
- Comer 200 gramos de tomate al día cubren el 80% de las necesidades diarias de vitamina C.
¿Cómo se cultiva?
Primero que todo: la semilla. Esta debe ser de origen orgánico, ojalá de cuidadores de semillas, ya que estas serán adecuadas para tu territorio, tendrán una fertilidad distinta y a su vez podrán adecuarse al ecosistema de la forma más natural posible, sin caer en la utilización de agroquímicos de las cuales dependen muchas de las semillas «elaboradas» en la industria. En nuestra tienda online disponemos de una variedad importante de tomates los que pueden ser cultivados donde se den las condiciones ideales de calor que este fruto requiere.
Nosotros recomendamos hacer almácigos para cuidar los niveles de temperatura. En el hemisferio sur, comenzamos haciendo los almácigos en julio (pleno invierno) dentro de un invernadero o dentro de la casa en el borde de una ventana. Siempre cuidar de que la semilla no esté demasiado enterrada en la almaciguera o semillero para que no le cueste germinar. Mojar bien el sustrato (compost con perlita y vermiculita) hasta que aparezcan los primeros brotes. El trasplante se debe hacer cuando el plantín o almácigo ya está desarrollado con al menos 4 hojas (los cotiledones son las primeras dos), los trasladaremos a un lugar donde le llegue abundante sol (entre 6 a 10 horas al día) y cada plantín lo situamos con harto espacio entre planta y planta para que circule el aire.
Se debe plantar en un lugar donde hubo antes lechugas, acelgas, espinacas, zapallos, melones o pepinos, ya que de esta forma estaremos aprovechando los nutrientes de la tierra que dejaron las anteriores especies que la habitaron. Esto se conoce como rotación de cultivos y es primordial para prevenir aparición de plagas y enfermedades o la malformación de los frutos en su etapa de desarrollo. Solo para tener en cuenta, luego del tomate (en la siguiente temporada), pueden sembrar repollo, coliflor, brócoli o legumbres. Si el cultivo lo hacen en macetero (lo cual también es posible), es importante que este tenga una profundidad de al menos 30 a 40 cm ya que las raíces del tomate necesitan espacio para su desarrollo.
Es muy importante tener un buen control de los riegos. Debes mantener siempre cierto punto de humedad en la tierra, lo que puede resultar a través del riego por goteo, poniendo mulch o regando a última hora de la tarde. Esto tiene que ser de forma constante para evitar que ocurran algunos problemas en los frutos (ya que recuerden que es en gran parte agua). Ojo que se obtienen buenos resultados regando abundantemente cada 5 días, de forma profunda en la tierra y asegurándote que esta tenga buen drenaje. Atención: nunca regar las hojas para que no aparezcan hongos.
Cuando la planta comienza a crecer, debemos comenzar con el trabajo de los chupones. ¿Qué son? Son las ramitas que crecen en diagonal en la tomatera, entre el tallo principal y la rama lateral. Se les llama así porque básicamente lo que hacen es chuparle energía a la planta, restándole fuerza a las otras ramas que nos dan los frutos del tomate. Para identificarlas de forma fácil, es como si salieran de la axila de la rama principal. Aquí les dejamos una gráfica que los ayudará a cumplir con esa tarea.
Es clave a la hora de tener una planta erguida que la ayudemos con un tutor. De esta forma podremos ayudarla a mantener las hojas ventiladas y a su vez que los frutos no toquen el suelo ya que correrán el riesgo de podrirse. Existen varias técnicas para utilizar tutores. Pueden ser de coligüe, de fierro, con ramas o con algunos armazones que estéticamente nos encantan como los que mostramos a continuación (siempre ir amarrando con delicadeza el tallo principal con alguna pita de yute o material orgánico al armazón o tutor que están utilizando).
Cuando comienzan a dar sus primeros frutos, es importantísimo que les entreguemos fertilizantes a la tierra para que tengan alimento. Compost, humus, guano o bokashi se sugieren siempre para entregarles todos los nutrientes que la planta requiere para la formación de sus hermosos frutos. También, se recomienda ir podando la parte superior para entregarle todo el vigor a la planta en la formación de los tomates. Ahí ustedes deben ir manejando la forma y la capacidad nutritiva que ven en el sustrato.
¿Cuáles son los 9 problemas típicos que encontramos en este cultivo?
Agrietamiento del fruto: Se caracteriza por la presencia de grietas de diferente profundidad y forma, aunque la más común es de forma radial en forma de estrella desde el interior del cáliz a lo largo de la cutícula del fruto. Se producen en frutos desarrollados y en proceso de maduración asociado con un incremento repentino en el tamaño del fruto debido a la rápida afluencia de agua, lo que provoca que la piel se expanda más allá de su límite elástico. Tener en cuenta que el agua se debe medir en términos netos ya que por un lado regamos, pero por otro lado la planta suda, por tanto lo que está ocurriendo acá es que hay un incremento de presión en las raíces asociado con cambios repentinos en condiciones ambientales que producen una súbita reducción en la transpiración junto a un exceso en la disponibilidad de agua en la cama de cultivo. Debe emplearse una combinación de prácticas de manejo del cultivo, manejo de la temperatura (si es que está en invernadero) y estrategias de riego para reducir la incidencia de este desorden. Por ejemplo, se prefiere un crecimiento de fruto lento pero constante, reducir la proporción hojas/frutos mediante poda controlada y la instalación de pantallas de sombreo para evitar temperaturas demasiado altas en el fruto si es que es necesario. En términos de riego, la primera sesión debe producirse pocas horas después del amanecer y la última sesión debe programarse unas horas antes del crepúsculo (sin alterar este ritmo y por ello es ideal tener un riego automático). Con respecto a la nutrición, es importante proporcionar a las plantas una cantidad abundante de calcio para reforzar la división e integridad de la pared celular, por lo que es muy útil proporcionar cascaras de huevo a las tomateras.
Pudrición apical: Se caracteriza por la presencia de una zona acuosa blanca en el extremo apical de los frutos verdes. A medida que esta zona se reseca, se convierte en una mancha de textura coriácea y hundida, de color café oscuro. Suele producirse temprano en la temporada cuando la carga de frutos es baja. La causa más común es un desequilibrio entre disponibilidad y demanda de calcio en la zona apical del fruto caracterizada por un rápido desarrollo. Por tanto, es ideal aplicar cáscara de huevo como abono o fertilizar de forma balanceada ya que concentraciones de potasio y magnesio excesivamente altas, reducen la toma y disponibilidad de calcio o por el contrario la fertilización excesiva con nitrógeno también puede conducir a pudrición apical, ya que favorece un crecimiento vegetativo excesivo, lo cual amplia la superficie de transpiración y previene el transporte de calcio y su acumulación en los frutos, por tanto el estar podando el crecimiento vegetativo también ayuda para que el calcio se acumule en los tomates y evitemos este problema.
Hojas enrolladas: Las hojas se enrollan desde el exterior hacia el centro. A veces, hasta el 75% de la planta se ve afectada. Esto deriva de las altas temperaturas, el suelo húmedo y demasiada poda (evitando que las hojas entreguen el follaje sombrío que la planta requiere). Para esto debemos evitar podar en exceso y ver que el suelo drene bien el agua para que no se encharque. De todas formas, esto no afectará el desarrollo del fruto del tomate.
Alternaria solani: Es un hongo que daña a la planta, mostrándose como manchas marrones en las hojas de tomate, comenzando por las más viejas. Las hojas se vuelven amarillas alrededor de las manchas marrones, luego toda la hoja se vuelve marrón y se cae. Finalmente, la planta puede tener pocas hojas, si es que tiene alguna. Por tanto, para evitar esto debemos aplicar un fungicida orgánico o aplicar de forma correcta la rotación de cultivos ya que este hongo proviene generalmente de la tierra (vive en el suelo en invierno). Evite plantar tomates, berenjenas o pimentones en el mismo lugar cada año, ya que todos pueden infectarse con el este hongo que se llama comúnmente «tizón temprano».
Septoria lycopersici: Manchas en las hojas provocados por este hongo que infecta el follaje de la planta del tomate. Esto ocurre después de que las plantas comienzan a desarrollar tomates, las hojas inferiores se rompen en manchas amarillas y luego dentro de las manchas amarillas, aparecen centros gris oscuro con bordes oscuros. Aparecen puntos negros en el centro de las manchas y el follaje muere. Para evitarlo, debemos evitar regar los tomates desde la parte superior, ya que el rocío puede forzar el desarrollo de las esporas de las hojas hacia el suelo y continuar el ciclo de la enfermedad.
Araña roja: Son animales con tonalidades que fluctúan de amarillo a verde, o amarillo a rojo. La araña roja succiona el material vegetal absorbiendo los jugos celulares como parte de su alimentación, tiñiendo de esta forma el tejido a un color amarillento que se necrosa con el tiempo. En plagas avanzadas se genera alrededor de toda la planta una tela de araña característica. Nuestro producto en base a jabón potasico con aceite de neem logra controlar esta plaga ya sea en estado activo o como método preventivo.
Mildiu: es fácil de encontrar en las plantas de tomate, ya que parece que como polvo blanco. Si dejas que los hongos prosperen, tus hojas de tomate se volverán amarillas y luego cafés. Es más común que se de en invernaderos ya que ahí hay más humedad y falta de flujo de aire. La mejor manera de prevenir es usar un aerosol preventivo formulado con azufre como el caldo sulfo cálcico.
Chinches: Estos insectos también usan sus piezas bucales con forma de aguja para chupar el jugo de sus tomates y se pueden ver a simple vista o incluso su daño en las manchas amarillas y desiguales que aparecen en los frutos que maduran. ¿Cómo evitarlos? Con nuestro producto NK que es Jabón Potásico con Aceite de Neem.
Ácaros: Son difíciles de ver porque son muy pequeños, pero puedes ver claramente el daño que dejan ya que perforan las hojas para alimentarse de los jugos por tanto están quedan con orificios con daños irreparables en su estructura. Aquí también acudimos al control preventivo con NK, ya que el aceite de neem principalmente funciona como repelente orgánico de estos insectos.
Si tienen alguna otra enfermedad que les ha atacado la planta, compartámosla por acá para ir incrementando la lista e ir poniendo la solución al problema. Entre todos, en comunidad, avanzaremos en el camino del cultivo de tomate para que sea una experiencia hermosa y fructífera… literalmente!! ???