Estamos viviendo un momento crítico en la historia de la humanidad. Necesitamos hacer cambios urgentes para poder reformular el futuro. Afortunadamente las palabras sustentabilidad y sostenibilidad cada vez más está en el lenguaje de las culturas de este planeta, sin embargo, no podemos esperar a que los cambios lo hagan solamente las grandes estructuras de poder para tener esperanza… debemos ser nosotros los que cada día practique esos cambios que el planeta necesita.
¿Sabías que cada año estamos consumiendo más que la capacidad del planeta tiene para producir? Esto se llama “Sobregiro Ecológico” y Chile el año 2022 se instaló por tercer año consecutivo como el primer territorio de Latinoamérica en alcanzar la marca el 15 de mayo pasado. Y cada uno de nosotros es culpable de ello. Entonces debemos preguntarnos, ¿qué haremos para cambiar el futuro y tener un planeta sostenible en el tiempo? Te contamos que no es difícil y aún hay esperanza… pero todos debemos actuar ya para no seguir degradando a ese hermoso punto azul del Universo en el cual habitamos.
Una de las buenas prácticas para realizar desde hoy es tener plena consciencia de las 7 R. Cada una de ellas, y en el orden especifico que enumeraremos, nos servirá para ser más consciente a la hora de consumir lo que realmente necesitamos. Y es que nos han hecho creer que necesitamos muchas cosas, cuando en realidad ni siquiera sabemos si realmente alcanzamos esos niveles de bienestar que buscamos. ¿Por qué lo decimos? Porque muchas veces creemos que necesitamos algo y cuando lo adquirimos se esfuma ese deseo de tenerlo. ¿Qué ocurre entonces?
Lo que ocurre es que nos estamos llenando de productos que muchas veces no necesitamos y que compramos con dinero que ni siquiera tenemos, endeudándonos para cumplir las expectativas sociales. Entonces nos debemos hacer la pregunta: ¿Realmente conocemos lo que queremos en esta vida? Hay veces que ni siquiera nos damos una pausa para pensarlo, pero es justamente este nivel de consciencia el que gatillará el inicio de las 7 R que será el punto de partida del consumo consciente.
La primera R es “Reflexionar”. Tenemos que hacernos la pregunta si lo que queremos comprar es realmente necesario. Dejemos de consumir de forma impulsiva y démosle al menos “una vuelta” a nuestro deseo.
La segunda R es “Rechazar”. Nos cuesta decir que “no”. Cada vez que nos ofrecen algo, muchas veces lo aceptamos y permitimos que ocurran las cosas. En nuestro poder de consumo está la forma de transformar “la oferta”. Somos los que podemos evaluar si lo que nos ofrecen cumple con los requisitos que como individuos esperamos.
La tercera R es “Reducir”. “Menos es más” dicen por ahí. Y qué razón tiene esta frase ya que muchas veces todo se vuelve más caótico cuando comenzamos a acumular productos sin tener consciencia de esto. Por ejemplo, algunos estudios demuestran que en promedio la ropa que uno se compra, ¡solo se usa 5 veces! ¿No les llama la atención esto?
La cuarta R es “Reparar”. Cuando se echa a perder algo, lo importante es tratar de repararlo y no botarlo a la basura para comprarte uno nuevo. De aquí deriva el concepto de “obsolescencia programada”. Lamentablemente algunos electrodomésticos tienen vida útil limitada para que el ciclo del consumo se mantenga vivo.
La quinta R es “Reutilizar”. Esta es la más entretenida ya que cada artículo puede tener otra vida útil cuando deja de funcionar en el lugar donde estaba dispuesto originalmente. ¿Pero en qué? Afortunadamente vivimos en una época donde a un solo click obtenemos información, ideas y todo lo que necesites para poder reutilizar un objeto.
La sexta R es “Reponer”. Todo desecho orgánico lo podemos reintegrar a la tierra con un método que se llama compostaje o vermicompostaje. El primero utiliza la acción de micro y macroorganismos que junto a un nivel de temperatura adecuado devuelve a la tierra lo que es de la tierra. Y el segundo utiliza el trabajo que realizan las lombrices de la familia de las epigeas que degradan el residuo orgánico transformándolo en humus.
La séptima y última R es “Reciclar”. Muchos, afortunadamente, lo están haciéndolo en casa. Sin embargo, debemos tener cuidado ya que lamentablemente aun no tenemos una gestión adecuada de los residuos en Chile que permita reciclar todo lo que podríamos reciclar. Entonces, siempre es mejor usar esta R al final del ciclo, ya que dependemos de otros para que esto realmente ocurra y no sabemos si ellos lo podrán realizar de correcta forma.
En este espacio cada mes te iremos contando cómo podemos ir haciendo juntos los cambios que el planeta necesita. Mientras tanto, avancemos con la aplicación en tu vida de las 7 R y verás cómo el basurero dejará de ser un tema en tu hogar, aportando de esta forma un “granote” de arena para la sostenibilidad de nuestro ecosistema.