El cultivo del Apio

Hoy estamos viviendo una pandemia a causa de un virus. Si bien, como humanidad estamos acostumbrados a las formas tradicionales de medicina, debemos romper algunos paradigmas y volver a concentrarnos en cosas naturales. Uno de los grandes alimentos antivirales que existen es el apio. El uso medicinal es antiguo, como lo demuestra su presencia en ordenes de Carlomagno en la que pedía que en sus campos se cultivasen para sus tropas una serie de hierbas medicinales y condimentos incluyendo el «apium». Nosotros hemos comenzado a tomar jugo de apio todas las mañanas, cuyos componentes basados en sodio combaten los virus en todo el cuerpo, tanto en el tracto digestivo como en el torrente sanguineo. De esta forma, se transforma en uno de los mejores antisépticos, mejorando tu sistema inmunológico.

El apio, cuyo nombre científico es Apium graveolens, pertenece a la familia de las Apiáceas de donde es también la zanahoria, el cilantro o el perejil. Por su alto contenido en un aceite volátil llamado apiol, es uno de los grandes diureticos naturales, por tanto hay que tener precauciones para compensar el potasio y las sales minerales que puedas perder por la orina comiendo plátanos y frutas frescas. No olvidar que el apio es una de las principales hortalizas en contener residuos de pesticidas, por tanto es imprescindible que nos alimentemos con apio orgánico y la mejor manera de hacerlo, es cultivarlo en casa.

¿Cómo se cultiva?

El apio se puede sembrar entre comienzos de otoño y principios de la primavera. Por tanto, no le gusta mucho el sol (4 horas al día es suficiente), llevándose mucho mejor con la semisombra. El apio necesita un suelo profundo, fértil y muy húmedo, por lo que se debe regar de forma abundante al menos cada 2 días para mantener el suelo siempre húmedo, pero no encharcado. Si pueden usen mulch para mantener siempre el suelo rico en agua y evitar que esta se evapore. Es una de las hortalizas que más agua necesita ya que su composición es casi un 95% de H2O!!

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Se puede sembrar de forma directa en el suelo o en almácigos entre luna nueva a cuarto creciente. Se siembra en una profundidad entre 0,3 y 0,5 cm (recuerda que siempre es 3 veces el tamaño de la semilla) en un suelo que al menos tenga una profundidad de 30 cm. Sugerimos ponerlo incluso bajo un papel mojado al inicio para que las gotas no saquen a la semilla del suelo, para que luego de una semana se descubra el papel y permita germinar. Sugerimos además separarla de la siguiente a una distancia de 20 a 25 cm en tu huerta en la misma hilera. Entre 15 a 20 días la planta debiese germinar y después de 100 a 120 días, ya podrías estar cosechando. Recuerda cosechar cuando termine el invierno ya que el blanqueo de los tallos en el cultivo hace que pierda el sabor agrio, adquiriendo un sabor más dulce.

¿Cuál es la buena asociación de cultivos? El apio se lleva muy bien con la acelga, la berenjena, el repollo, la coliflor, la espinaca, la arveja, el haba, el poroto verde, el pepino, el pimentón, el puerro, los rabanitos y el tomate. ¿Y cuál es la mala asociación de cultivos? La lechuga, el choclo, las papas, el cilantro, el perejil y la zanahoria (ya que estos últimos son de la misma familia y por tanto competirán por los mismos nutrientes).

Nuestra experiencia nos dice que podemos ir cosechando por ramas sin sacar la planta completa para mantenerla productiva. Además, para blanquear los tallos (y hacer que la planta se torne más dulce), se deben cubrir estos con papel de diario o cartón 2 a 3 semanas antes de la cosecha.

¿Cuáles son sus beneficios?

  • El jugo de apio ayuda a dormir.
  • Es un excelente diuretico.
  • Es un excelente depurador y muy bueno para ayudar al corazón.
  • Digestivo y antiflatulento.

Precauciones

  • No es recomendable para personas con problemas renales agudos.
  • Por estimular el flujo sanguineo en la zona de la pelvis y el utero, no es recomendable consumir apio durante el embarazo.

¿Y las semillas?

El apio necesita dos años para producir su semilla. Cuando llega la etapa de reproducción, el apio genera un tallo alto del cual produce unas flores blancas. Las semillas de apio son extremadamente pequeñas, por lo que debemos tener mucho cuidado al momento de cosecharlas. Recomendamos para esto cubrir la flor con bolsitas de genero o de papel y cortar el tallo desde la base cuando tres cuartas partes de la planta estén secas. Colgar boca abajo en un lugar fresco y oscuro, para luego cosechar las semillas almacenándolas en un frasco para la siguiente siembra.

¿Cuáles son los 10 problemas típicos que encontramos en este cultivo?

  • Tallos comienzan a doblarse: Esto ocurre cuando le falta agua. Recordar siempre mantener el suelo húmedo ya que es un cultivo que necesita abundante agua para su producción.
  • «Buenezas»: Pueden salir las mal denominadas malezas debido a la alta humedad del suelo. Debes ir sacándolas para que no compitan por los nutrientes y no atraigan plagas. Esto es clave en general en todo tipo de cultivos.
  • Mildiu: Esta enfermedad produce que las hojas se pongan amarillas y comiencen a secarse. Al ser un hongo, debemos cortar las partes afectadas a tiempo para así evitar la propagación a otras hojas y tallos y también entre plantas. Las podas pueden ser una solución también ya que necesitará aireación la planta para reducir la humedad. El preparado de manzanilla pulverizado sobre la planta además de ser un refuerzo general protege específicamente contra el Mildiu. La infusión se prepara con 50 gramos de flores por cada litro de agua y la dilución a pulverizar será de 1/10. No olvidar que también el ajo es un efectivo repelente de hongos. Se hace una infusión con 50 gramos de dientes de ajo por cada litro de agua y se pulveriza la disolución de una parte de infusión en 4 partes de agua. Debe aplicarse a pleno sol y durante varios días consecutivos.
  • Septoriosis: Es otro de los hongos frecuentes que atacan al apio y una de las más invasivas y destructoras. Para erradicarlo, usa las mismas técnicas que con el mildiu, pero debes estar atento cuanto antes porque puede transformarse en algo incontrolable aniquilando toda tu producción.
  • Tallos huecos: Esta afección la pueden provocar el frío intenso, el exceso de humedad o un suelo demasiado rico en nitrógeno. Para combatirlo, debes utilizar compost o humus al suelo para neutralizarlo y cuidar la humedad de la tierra.
  • Nudos quebradizos: Suele aparecer en suelos alcalinos en los que además el potasio se encuentra en exceso, lo que debilita los nudos provocando que se quiebren por acción del viento o al mover la planta al pasar. Para esto se debe abonar la tierra con compost o bokashi.
  • Corazón negro: Esto es producto de una deficiencia nutricional en la planta, en este caso de calcio. Puede ser que dicho elemento no se encuentre en cantidad suficiente en el suelo, o que no pueda ser absorbido por la planta debido a problemas de solubilidad. Para ello debemos poner cáscaras de huevo en la base de las plantas para que pueda ser abosrbido por ella.
  • Caracoles y Babosas: Aparecen usualmente por exceso de humedad, se esconden cerca del tallo o en el punto de crecimiento. La manera más eficaz es retirarlos con la mano, pero existen muchas otras maneras orgánicas de hacerlo. Para combatirlos (tanto al caracol, las babosas o las cuncunas) puedes poner un vaso con cerveza enterrado (tipo piscina) alrededor de tus hortalizas en donde estos animalitos se caerán a él. O si no tienes cerveza, puedes usar 1 taza de agua, 1 cucharadita de azúcar, 1 cucharadita de harina y 1/2 cucharada de levadura para hacer un preparado que a ellos les encantará reemplazando la cerveza. Otra posibilidad es esparcir cáscaras de huevo como pinchos alrededor de la hortaliza, como a su vez ceniza o sal. Con esto, los rastreros no pasarán.
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  • Pulgón (Aphis fabae): Este animalito chupa la savia de los tallos y hojas causando deformaciones de las plantas. Pueden ser vectores de virus que causan enfermedades también por lo que se deben erradicar de tu cultivo. Una forma de prevenir es plantando rosales alrededor de tu huerta para que se vayan para allá ya que se sienten muy atraídos por esta hermosa planta. Ahora bien, si ya es muy tarde, nuestra mejor experiencia para sacarlos de tus plantaciones es con el Jabón Potásico + Aceite de Neem (NK).
  • Mosca del apio: Es un insecto de aproximadamente 5 mm de color verde o negro con amarillo. Los adultos depositan huevecillos en la corona de la planta y cuando eclosionan las larvas, se alimentan de las raíces. La consecuencia, es la pudrición de la raíz y muerte de la planta. Para erradicar usar el Jabón Potásico que disponemos en nuestra tienda online.
Mosca del Apio

Como siempre, recuerda tener consciente que tus semillas sean orgánicas, ya sean certificadas o de un guardardor de semillas recomendado. Obtener malas semillas puede causar un severo daño al equilibrio del ecosistema. Cualquier cosa que necesiten, @ChileHuerta está a disposición a través del formulario de contacto, nuestras redes sociales y/o nuestros talleres de huerta orgánica que dictamos recurrentemente.

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