¿Qué es la Biodinámica?

La agricultura biodinámica se sustenta en el trabajo del filósofo y científico Dr. Rudolf Steiner, quien en sus charlas impartidas a los agricultores del año de 1924 en Koberwitz, abrió un nuevo camino para la integración del conocimiento científico con el reconocimiento del espíritu en la naturaleza.

¿Pero quién fue Rudolf Steiner?

Conocido por muchos como «austríaco», de hecho es paisano mío ya que nació en Donji Kraljevec, Croacia, en 1861. Su visión del mundo unía la espiritualidad con la ciencia clásica siendo uno de los precursores de indicar que «el mundo es una unidad indivisible». De esta forma, su aporte abarcó fronteras tan supuestamente alejadas como la medicina con la agricultura haciendo aportes sustanciales a cada una de ellas, entregando enfoques que hasta el día de hoy se practican con cada vez más fuerza.

A través de sus conferencias comenzó a divulgar los estudios que realizó y luego ellas fueron traspasadas a multiples libros de divulgación científica con millones de adeptos en todo el mundo. Gracias al aporte de la Biblioteca Upasika podemos obtener este PDF con parte de ellos. «Originalmente, Rudolf Steiner quiso que no se escribieran sus conferencias, por lo general libremente pronunciadas, porque habían sido pensadas como información “oral”, no destinada para la impresión. Pero, cuando en creciente medida aparecieron y se difundieron apuntes taquigráficos, tomados por oyentes en forma incompleta y llena de errores, se vio obligado a regularizar todo lo referente a la reproducción de los textos».

Así que aquí les dejamos parte de sus conferencias.

Pero volvamos al tema… ¿Qué es entonces la biodinamica?

Este tipo de agricultura considera los cultivos como sistemas vivos donde suelos, plantas y animales se relacionan en equilibrio. Sin embargo, este equilibrio es dinámico y debe reestablecerse continuamente en cada ciclo. De ahí su nombre: bio= vida, dinámica=movimiento.

Para ello, se emplean diversas prácticas naturales, como es el caso de distintas especies animales que ayudan a recuperar la riqueza de los suelos. Por ejemplo, en invierno y posterior al ciclo de poda se utilizan ovejas para controlar el crecimiento excesivo de hierbas y malezas, lo que permite que el suelo se oxigene gracias a la acción de las pezuñas del animal y, lo más importante, fertilizar el suelo gracias al estiércol de los mismos. 

Hay dos aspectos centrales en este tipo de agricultura: el uso de preparados vegetales y minerales para los suelos y la aplicación de un calendario agrícola específico que conjuga entre otros, los ciclos de poda y cosecha con el calendario lunar.

El objetivo principal de los preparados biodinámicos es reemplazar el uso de fertilizantes artificiales por elementos del mundo animal, vegetal y mineral que el mismo entorno natural otorga y devolverlos a este en pequeñas cantidades.

La composición de los preparados varía según la mezcla de distintos ingredientes como guano, sílice, cuarzo y hierbas medicinales como manzanilla, valeriana, milenrama, ortiga, diente de león, entre otras. Así, se prescinde completamente del uso de fertilizantes, pesticidas y herbicidas de origen químico.

Cada preparado se añade al compost, para fortalecer su calidad, estabilizar los niveles de sus nutrientes y multiplicar la diversidad microbiana. Así, el compost realizado de forma biodinámica ayuda a sintonizar el suelo con todo el organismo que le sustenta, aumentando tanto su vida como la de la materia orgánica. 

Los preparados también se pueden agregar a los suelos y plantaciones a través de aspersión, con el fin de otorgar vitalidad y sanación a los cultivos. 

La agricultura biodinámica concibe tierra, planta, animal, el cosmos y el ser humano en su conjunto como elementos que integran un organismo en movimiento, vivo, donde cada uno ejerce influencia sobre el otro.

En este sentido, la agricultura biodinámica toma en cuenta la influencia que los astros tienen sobre el suelo y la vida vegetal que en él se desarrolla. Esto se expresa en la utilización de un calendario agrícola que considera las fases de la luna para determinar cuál es el momento más apropiado para sembrar, cultivar, podar y cosechar diversos tipos de especies vegetales.

Cada fase lunar posee una intensidad propia e influye en el crecimiento y calidad de los cultivos. Esta influencia se expresa en el ascenso o descenso de la savia hacia las diferentes partes de la planta en cada momento del ciclo lunar. 

Por ejemplo, durante la luna nueva, que es la fase donde la luna no es visible desde la Tierra, el flujo de la savia desciende y se concentra en la raíz de la planta. Es un momento de reposo que se puede aprovechar para realizar trabajo de suelos y mantener los cultivos mediante podas y limpiezas.  

Esto lo podemos estudiar a fondo en libros como el de Maria Thun o algunas publicaciones ejemplares como la de la Asociación para la Agricultura Biológica Dinámica de Argentina que se las compartimos aquí con el Calendario Biodinámico 2024:

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